Hoy en día es posible decir sin temor alguno que la Gestión de los Recursos Humanos es y debe ser estratégica para cualquier organización, sin embargo, esta es una afirmación que hace un tiempo atrás no hubiera podido siquiera mencionarse sin escuchar posibles risas y negaciones por parte de los altos directivos.
La evolución del rol que ha tenido un área como esta se debe a la evolución de las organizaciones en sí mismas. No es un misterio para nadie que hace mucho tiempo el factor diferencial para las empresas era su producto, posteriormente, cuando la fuerza de los intangibles se dio, pasó a ser el servicio, y hoy en día se dice que lo que realmente hace diferentes a las empresas son las personas que las integran. Con esta noción de por medio, es imposible no hablar de un área de gestión del talento aliada a las altas direcciones en la consecución de los objetivos organizacionales.
Con este nuevo rol andando, fue imperativo que las áreas de gestión humana cambiaran también su operación netamente transaccional y operativa, por una más estratégica enfocada en el ser humano que tenían operando en su organización de tal forma que éste respondiera con las metas propuestas y necesarias para la sostenibilidad exitosa de las empresas. Es así como entonces ya los generalistas de gestión humana no solo hablan de nómina y entrevistas técnicas, sino que hablan de cultura, de bienestar, de seleccionar gente que se conecte con la empresa desde los valores, de compensación en donde cabe algo que se ha denominado el salario emocional, y también de felicidad que es lo que mueve el propósito de inspyra.
Son muchos los que aún dudan de que gestionando el talento desde un enfoque del ser, preocupándose genuinamente por cada persona que integra la empresa, se logre un impacto positivo en los resultados del negocio, aún estos esfuerzos pueden parecer más gastos que inversiones, sin embargo la literatura académica y científica con el tiempo ha venido demostrando que estas acciones intrínsecas logran un mayor sentido de pertenencia, compromiso, consciencia de excelencia en la gestión y que todo ello repercute directamente en el incremento de productividad, ventas, satisfacción del cliente y crecimiento de la empresa.
Analizando las causas del mejor desempeño de las personas que son bien cuidadas por sus empleadores no viene siendo tan descabellado que los resultados sean positivos para las empresas, el ser humano incluso en su ámbito personal responde mejor ante estímulos positivos en aquellas cosas que les importan de verdad y que les mueven emociones: sus familias, su crecimiento profesional, la posibilidad de profesionalizarse, de cumplir sus sueños, de tener calidad de vida, de tener tiempo para dedicarse a cuidar su salud y su diversión. Es por ello que la invitación es a ser cada vez más humanos en la gestión de un área como esta que hoy por hoy es el centro de cualquier empresa que quiera crecer y generar valor.
