La Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) son de las palabras más sonadas en los últimos años, han dejado de ser términos aislados y se han puesto sobre la mesa en las conversaciones más importantes de las organizaciones. Actualmente, es una de las principales prioridades para las áreas de talento humano y las personas han empezado a tener en cuenta este atributo a la hora de elegir donde trabajar.
Hoy en día gran parte de los esfuerzos de las organizaciones se centran en la contratación, descuidando así todos los demás puntos en materia DEI a lo largo de la experiencia del integrante. Lo anterior se debe a que muchas empresas ven este tema como un trámite o requisito con el fin de cumplir una cuota en los informes anuales, sin embargo, se ha logrado demostrar que la correcta implementación de estas políticas y prácticas trae grandes beneficios:
Las organizaciones diversas, equitativas e inclusivas tienen una mayor capacidad para atraer y retener a los mejores talentos.
Un equipo de trabajo diverso cuenta con perspectivas y enfoques únicos a la hora de tomar decisiones. Esto ayuda a obtener ideas y soluciones que de otra manera no se habrían considerado. Por otro lado, mejora la eficiencia de la organización al garantizar un enfoque más completo.
Un ambiente laboral justo y equitativo puede ayudar a reducir la rotación de personal, ya que los trabajadores se sienten más comprometidos y satisfechos con sus empleos.
Cuando las personas se sienten realmente valoradas y aceptadas en su lugar de trabajo, tienen un compromiso mayor y se sienten más motivadas, algo que no ocurre cuando se sienten marginadas o discriminadas.
Las empresas que realmente priorizan en su estrategia la Diversidad, Equidad e Inclusión tienen una mejor reputación ante sus proveedores y clientes.
Tener una organización realmente diversa e inclusiva no es una tarea fácil y requiere de un cambio cultural total, pues sólo así se puede garantizar un ambiente en el que todos se sientan valorados y respetados, independientemente de sus diferencias. Por eso te contamos algunas prácticas que son claves para lograr un cambio cultural significativo:
Revisar los procesos de contratación y promoción: Revisar estos procesos con regularidad ayuda a garantizar que se están buscando candidatos diversos y que se están tomando las medidas necesarias para evitar la discriminación en los diferentes procesos de contratación y promoción dentro de la organización.
Ofrecer capacitación sobre diversidad e inclusión: La formación es esencial para ayudar a todos los miembros de la organización a entender y valorar las diferencias entre las personas, esto se puede lograr a través de sesiones de formación, programas de mentoría, jornadas de sensibilización, entre otros.
Fomentar la comunicación abierta y la retroalimentación: La creación de espacios y canales seguros para el diálogo y las sugerencias de los miembros de la organización es esencial para garantizar que el área de talento humano tenga una comprensión real sobre la percepción de los integrantes en cuanto a la diversidad, equidad e inclusión. Esto permite tomar acción de forma oportuna e identificar puntos de mejora dentro de la empresa.
Establecer responsabilidades y medir el progreso: Al asignar responsabilidades claras, los líderes estarán más empoderados y podrán tomar decisiones con mayor facilidad, lo que les permitirá proponer nuevas prácticas y mejorar las existentes. Al mismo tiempo, el área de gestión humana podrá medir de forma clara los avances en la organización y establecer metas y objetivos para continuar mejorando.
Lograr una cultura organizacional Diversa, Equitativa e Inclusiva no es una tarea fácil, sin embargo, te invitamos a revisar que las políticas y prácticas DEI se implementen y se ejecuten de forma correcta dentro de tu organización. Este es un proceso continuo que requiere de compromiso, esfuerzo y seguimiento constante por parte de las áreas de talento humano.
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